La Muerte, con notas de alcohol
en un pentagrama fluorescente
compuso una sonata para mi.
“Oda al Verdugo acompasado”.
Hasta el día que llovieron
lágrimas acaneladas,
susurrantes de sueños y de sábanas.
Un solo mensaje envió a la cloaca
el autolastimante quehacer,
y pesaroso vagabundear
en una Nada repleta de frío polvo.
Clic, enciendo la luz de mi habitación...
Estaba soñando...pero sonrío.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada