10/7/08

¡Cielo, que cada día pareces el mismo
pero que del día a la noche; y de la noche al día
me ofreces una gama diferente
de colores, olores y sabores;
me regalas hoy una sonrisa iluminada por el Sol,
unos labios rozados por el aire
y una mirada dónde tú te reflejas.
Moriría por ser esa sonrisa, esos labios y esa mirada
para que pudieras ser mío para siempre
en una noche fresca de mayo o de septiembre
rozando mi cabeza con otra en mi almohada.